GREDOS

GREDOS
VISTA DE LA SIERRA DE GREDOS
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martes, 26 de enero de 2010

MONOLITO A IGNACIO JIMENEZ MORCILLO



MONOLITO A D. IGNACIO JIMÉNEZ MORCILLO


Hoy es un dia muy especial para el pueblo de Muñomer del Peco (Ávila) y toda una amplia zona de su comarca de agricultores y ganaderos, los cuales han levantado un monolito con una placa dedicada a uno de sus hijos mas significativos: D. Ignacio Jiménez Morcillo, que una mala enfermedad nos lo arrebato para siempre hace solo unos meses. El monolito significa en primer lugar el reconocimiento de sus compañeros de trabajo en el Sindicato U.C.C.L Jóvenes Agricultores (como figura en la placa) y lo que es aún mas significativo, el agradecimiento de infinidad de Agricultores y Ganaderos que han asistido al acto desde los puntos mas variados y distantes de la provincia, donde he podido ver a hombres verdaderamente emocionados en su recuerdo. Ignacio, como se le conocía en su entorno, siempre se sintió orgulloso de ser el amigo de los mas desfavorecidos, que casi siempre han sido los Agricultores y Ganaderos, a los cuales dedico siempre sus grandes conocimientos en cualquier materia no solo relacionada con el mundo agrícola y ganadero, sino que también en otras muchas cuestiones, ya que fue un hombre muy culto y preparado. Siempre sin levantar la voz, hacia su trabajo con una dedicación plena, sin horario de entrada en la oficina y particularmente de salida, ya que yo he podido comprobar al pasar por la calle donde esta instalada la oficina, como había noches donde su despacho a las once de la noche seguía con la luz encendida.
Ignacio nuca fue a trabajar. El, siempre fue a ayudar a sus amigos y hoy una gran multitud de esos amigos ha querido hacer este homenaje en su pueblo natal para que quede constancia de ese agradecimiento.

23/1/2010

viernes, 15 de enero de 2010

GANADEROS Y LOBOS


CAPITULO-I



Era una mañana de intenso frió, la noche anterior había caído una helada de esas a las que están acostumbrados por estos parajes en las largas noches de intenso invierno. El sol asomaba por entre la tímida niebla y todo hacia pensar que poco apoco, el dia iría abriendo para dar paso a un dia de sol, haciendo honor al refrán que tradicionalmente dicen las buenas gentes de esta tierra “Mañanita de niebla, tarde de paseo” pero mientras esto sucedía había que abrigarse a fondo para poder realizar los trabajos, que inexorablemente tenia que realizar nuestro querido amigo Ambrosio, ganadero del Valle Ambles en la provincia de Ávila, que tenia su ganado en las proximidades de la sierra de Gredos. Ambrosio era un hombre de unos cincuenta años curtido en mil batallas para poder llevar adelante a su familia que se componía de dos hijas: Angelina y Claudia y su mujer, Aurora. Aquella mañana salio de casa, como todas las mañanas para tender a las necesidades de su ganado y cuando se iba acercando a la Finca que tenia alquilada en un ladera de la sierra de Gredos, la cual estaba muy bien orientada al sur, con lo que estaba más protegida de los fríos vientos del norte, noto algo raro en el caserío y en las naves de su ganado. En una de las viviendas de este caserío vivía Oscar, uno de los cuidadores que tenía contratados para el cuidado de sus ochocientas cabezas de ovino. Oscar estaba casado con Galinda y tenían un hijo José Carlos que a sus dieciocho años ya era todo un hombre y ayudaba a su padre en las tareas del cuidado de su ganado y además se ocupaba del cebadero de terneros que tenia en una segunda nave en la cual atendía a unos doscientos terneros. José Carlos que en los primeros años fue solamente el ayudante de su padre, ahora había pasado a ser un empleado mas con su buena nomina y así ayudaba a que sus padres, de origen Colombiano, vivieran bastante cómodos pudiendo ahorrar algún dinerillo para mandar a sus abuelos que se habían quedado en Colombia.
Al llegar Ambrosio a la primera nave donde debían de encontrarse las ovejas, lo primero que observo es que los dos mastines, Sultán y Bocanegra que siempre estaban con el ganado, no salían a saludarle como de costumbre, las puertas estaban abiertas y se notaba un gran desorden en el interior de patio o corral donde deberían de estar las ovejas. Con grandes gritos llamo a Oscar pero no obtuvo respuesta; ya con gran preocupación se dirigió a la vivienda donde vivían los colombianos y Galinda a la cual encontró en un mar de lágrimas, y entre sollozos le fue poniendo al corriente de lo que había pasado.
Mire usted Ambrosio ha sido una noche terrible, serian las cinco de la mañana cuando sentimos mucho alboroto en los corrales, los perros ladraban constantemente de manera muy agresiva como si alguien estuviera en la nave de las ovejas, así estuvimos un rato sin saber muy bien que deberíamos hacer. Los perros seguían ladrando y parecía que estaban un poco asustados, entonces Oscar y José Carlos decidieron salir y dirigirse a la nave para ver lo que sucedía y los perros al verlos se hicieron mas fuertes y atacaron con fuerza, las ovejas que habían salido al corral, asustadas empujaron la puerta y salieron de estampida. Hasta qui es lo que puedo decirle Sr. Ambrosio, como puede ver son las diez de la mañana y aun no se nada de ellos.
Ambrosio que era un hombre muy tranquilo, al contarle lo sucedido lo primero que hizo fue tranquilizar a la pobre Galinda la cual estaba al borde de desmayarse, diciéndole: tranquilízate Galinda es lo primero que quiero que hagas, tomate un cafetito, lo demás ya nos encargaremos tu marido y tu hijo conmigo de hacer lo que se pueda para recupera nuestro ganado.
Salio de la casa de Galinda y se dirigió al la nave para hacer una inspección sobre el terreno y poder sacar alguna conclusión de lo que la había contado Galinda. Dentro de la nave, en un apartado habían quedado unas quinientas ovejas, con sus crías, las cuales no habían podido salir al patio afortunandemente para ellas ya que en el patio o corral había signos inequívocos de lo que había pasado.
Todo hacia pensar que habían sido “Lobos” los que habían perpretado el asalto a los corrales provocando la estampida del ganado y seguramente algunas bajas. La experiencia le decía que en las largas noches de invierno los lobos se encontraban hambrientos y bajaban de la sierra hasta sus alrededores e incluso hasta el mismo Valle Ambles para satisfacer su apetito. Siguió investigando y en rincón del corral encontró la pista que le llevaría definitivamente a pensar que no estaba equivocado, allí encontró diez o doce ovejas muertas con la clásica mordedura de los lobos que suelen atacar siempre por el cuello de sus victimas. Ya con la seguridad de saber lo que había pasado, tomo el coche todo terreno que tenia aparcado al lado de la nave y salio decidido a buscar a sus empleados y el resto de su ganado, que solo Dios sabia donde se encontrarían, dado el pánico que imprimen estas alimañas a sus victimas.

En la zona donde Ambrosio tenía su ganado había otros ganaderos con los cuales le unía muy buena relación, y lo primero que pensó fue en dirigirse a los establos de su amigo Casimiro, el cual estaba solo a dos Kilómetros. Por el camino iba mirando el rastro o las huellas que pudieran haber dejado sus ovejas en la estampida y efectivamente encontró signos inequívocos de de que su ganado había tomado esa dirección. Al mismo tiempo iba pensando en Oscar y José Carlos. Tenía mucha confianza en ellos, le habían demostrado en infinidad de ocasiones su buen comportamiento y honradez y estaba seguro que no dejarían de buscar al resto de su ganado. Para ello contaban con sus dos mastines Sultán y Bocanegra que equipados con sus buenos collares metálicos sabrían defenderse de los lobos y eran toda una garantía. Cuando dio vista a las naves de su amigo Casimiro pudo ver que había gran movimiento de gente y de ganado y pensó que seria allí donde se había refugiado su ganado.
Casimiro que había visto acercarse a su amigo Ambrosio, salio a recibirle y en seguida le tranquilizo diciéndole que su ganado había sido encontrado a salvo garcías al buen comportamiento que tuvieron sus criados (Oscar y José Carlos) que ayudados por los mastines Sultán y Bocanegra persiguieron a los lobos y consiguieron refugiar a las ovejas junto a los corrales de su granja. Ambrosio pudo comprobar como sus criados habían sido ayudados en la tarea de recuperar y custodiar el ganado por varios ganaderos y operarios de la zona, que esta muy sensibilizada con estos contratiempos que vienen padeciendo desde hace ya bastante tiempo.
Cuando estuvo junto a Oscar y José Carlos, no pudo menos que sentirse emocionado y satisfecho con su buen comportamiento, que incluso arriesgando sus propias vidas siguieron a las alimañas hasta el comienzo de la sierra de Gredos donde los lobos se refugiaron. Les felicito por ello y públicamente les agradeció su comportamiento
Dirigiéndose a todos les dijo: Os agradezco a todos sinceramente el esfuerzo que habéis hecho para recuperar mi ganado ayudando a mis operarios. Creo que debemos de estar unidos en defensa de nuestros intereses que son comunes ya que desde hace algún tiempo venimos sufriendo estos ataques de lobos. Ahora conduciremos mi ganado hasta mis corrales, y una vez que todo este en orden, creo que deberíamos de tener una reunión entre todos los ganaderos afectados y así formular las quejas oportunas ante la Administración y pedir protección para nuestro intereses. ¡¡Gracias a todos!!
La mañana que había comenzado con intenso frió y una niebla considerable empezaba a remitir y dejar que el sol fuera tomando fuerza y el frío fue bajando su intensidad. Oscar y José Carlos reunieron el ganado y con el salieron de regreso a sus dependencias. Por el camino fueron informando a Casimiro de manera pormenorizada y mas tranquila de cómo se habían desarrollados los hechos. Sultán y Bocanegra maltrechos y agotados por la persecución que sostuvieron con los lobos, seguían al rebaño con síntomas de agotamiento.
Mientras tanto en el caserío, desesperada Galinda esperaba noticias de su marido y su hijo

Ambrosio era un hombre que en sus ratos libres le gustaba la lectura y así había leído muchas historias sobre lobos, y no dejaba de pensar en el comportamiento de estos animales de los cuales se ha hablado y escrito mucho, y como en casi todos los aspectos de la vida hay versiones totalmente distintas de la actitud de estos animales. Una en la que se habla con elogios del hermano lobo, la bondad y nobleza de estos mamíferos, que figuran en cuentos y en poemas para niños de los más prestigiosos literatos y al mismo tiempo otra en la que figuran con gran protagonismo en historias malignas y de miedo en escritos y películas de terror.
Después hay otra versión de los ganaderos que sufren en sus ganados las consecuencias de estos animales, mermando así sus reducidos ingresos para la pobre subsistencia de sus pequeños negocios, que se ven reducidas por la bajas causados por los lobos.
Ambrosio sabía que los lobos no solo atacan para satisfacer su apetito, si no que matan y matan y después abandonan a sus victimas, sin aprovechar su carne para satisfacer el hambre, en esta ocasión le había matado doce ovejas, pero de no haber llegado a tiempo Oscar y José Carlos, las bajas hubieran sido mucho mas cuantiosas. El no tenia nada en contra de los lobos, más bien al contrario, le gustaba como animal salvaje, pero no podía permitir que atacaran a sus rebaños. Los lobos como casi todos los depedradores, atacan siempre en manada, pero a diferencia de otros no se conforman con matar para alimentarse, al menos en lo que se refiere al ganado domestico como las ovejas, hay muchas referencias a los ataques de los lobos a estos animales y que cuentan las bajas que han causado a los ganaderos, llegando a causar hasta cuarenta o cincuenta, en una sola noche, si el ganado no ha podido salir de los corrales donde los lobos han entrado.
Hubo tiempos en los que los lobos fueron perseguidos por el hombre, de manera implacable y en especial por los ganaderos, los cuales organizaban cacerías o batidas para dar captura al enemigo común de sus ganados. Ambrosio recordaba con toda claridad las imágenes que tenia grabadas en la memoria cuando el era un niño, de los cazadores que después de dar captura a los lobos, les llevaban por los pueblos del Valle Ambles exhibiéndolos como trofeos, mientras los ganaderos les recompensaban osequienadoles con garbanzos, lentejas o judías, agradeciéndoles el haber capturado a las alimañas que destruían sus ganados. En los pueblos de la Sierra, era habitual que algunos de sus cazadores capturan incluso algunas crías enteras de lobeznos, que igualmente exhibían por los pueblos de los ganaderos para de alguna manera cobrar su recompensa. Esta política de persecución y captura fue tan exhaustiva que el número de lobos se vio reducido de tal manera que casi se llego a su extinción, quedando en el olvido el temor de que los lobos fueran un peligro para los rebaños de vacas y ovejas que pastan por toda la Sierra de Gredos. Así pasaron una serie de años en los que los ataques de los lobos se habían reducido de tal manera que prácticamente quedaron en el olvido de los ganaderos.
En este punto la Administración del Estado a través del Ministerio del Medio Ambiente, con buen criterio, declaró al lobo como especie protegida en vías de extinción, y a partir de ese momento se fue recuperando el número de parejas de esta especie de tal manera que hoy se puede decir sin lugar a dudas que se ha recuperado.
es ahora cuando los ganaderos de la zona empiezan a tener problemas con los lobos, ya que en la Sierra escasean los alimentos naturales con los que hace solo unos años se alimentaban, y no tienen mas remedio que atacar a los rebaños en sus propios establos bajando de la Sierra a los valles.






















GANADEROS Y LOBOS

CAPITULO-II




Durante el regreso con el ganado a sus dependencias, Ambrosio fue informado por Oscar y José Carlos de cómo habían sucedido los hechos la noche anterior; en el interior de la nave tenían las ovejas paridas con sus crías, unas quinientas y el resto, es decir aquellas que estaban “horras” como se dice en el argot pastoril, que significa que no están en producción y por ello se mantienen mas fuertes, dormían en los corrales, donde fueron atacadas por los lobos, que saltaron las paredes del corral formando un gran estruendo y con ello ocasionaron la estampida. Ellos pudieron ver como el ganado asustado se aglomeraba a la salida del corral provocando la apertura de la puerta después de que los lobos hubieran matado a una serie de ellas.
Aquí los perros Sultán y Bocinegra jugaron un papel muy importante; cuando estos vieron a Oscar y José Carlos, se sintieron mucho mas fuertes y siguieron los lobos sin dejar de perseguirlos que corrían en dirección a la Sierra de Credos. Mientras tanto ellos, seguían la dirección y el rastro de las ovejas, guiados en el silencio de la madrugada por el sonido de sus cencerros. Ha sido una noche muy dramática para nosotros que hicimos lo que nos pareció que seria mejor para defender a las ovejas las que tratamos por todos los medios de localizar, es cierto que también nos ayudaron los ganaderos de la zona que acudieron en nuestra ayuda.
Galinda que llevaba por lo menos seis u ocho horas sin saber nada de su familia, salio corriendo a recibirlos dando gracias a Dios por encontrarlos sanos y sin ningún rasguño. Una vez que el ganado quedo debidamente acomodado en sus instalaciones, Ambrosio se despidió de sus empleados agradeciéndoles una vez más su comportamiento, y se dirigió a su casa. Por el camino iba pensando en contar a su mujer y a sus hijas con todo detalle los acontecimientos ocurridos en su ganado así como el comportamiento de sus empleados.
Tenia la cabeza llena de ideas para afrontar este problema que en principio no parecía fácil, ya había adelantado cuando agradeció a los ganaderos la gran ayuda que le habían prestado, que deberían de tener una reunión urgente para tratar de obtener alguna formula en defensa de sus intereses y así hacer un frente común ante la opinión publica y sobre todo de las autoridades.
Pero el sabia que era un asunto muy complejo y de difícil solución, no tenia nada en contra de los lobos a los cuales admiraba, pero también es verdad que su supervivencia y la de su familia dependía en gran parte del rendimiento de su negocio ganadero, el cual se veía amenazado por los ataques de los lobos, mermando así sus ingresos. Por eso confiaba en que al menos la Administración del Estado, subvencionara las bajas ocasionadas por estos depedradores, del resto de mejorar las instalaciones ganaderas, ya se ocuparía el.
La noticia había corrido como la pólvora por todo el Valle Ambles y de manera muy especial en los pueblos de la comarca, que estaban muy sensibilizados con el tema de los lobos, ya que no era la primera vez que esto sucedía y seguramente no seria la ultima.
Aurora, también estaba preocupada por la tardanza de la llegada de su marido, ya que este no solía llegar tan tarde a su casa. Cuando le vio llegar salio al encuentro para preguntarle la razón de su retraso, y cuando vio la cara que traía enseguida se dio cuenta de que algo malo había sucedido, y le dijo: Que mala caras tres Ambrosio ¿Qué ha pasado para que vengas así? El enseguida la tranquilizo diciendo: no te preocupes mujer, entra en casa que ahora te cuento. Entraron en casa y Ambrosio fue contando con todo detalle lo sucedido con lo lobos y su ganado. Después de todo dijo, hemos tenido suerte pues gracias a Oscar y José Carlos que se han comportado de manera extraordinaria solo hemos sufrido doce bajas, y ya esta todo en orden, ahora debemos de ir pensando en como evitar que esto vuelva a suceder, poniendo todo nuestros medios y nuestra imaginación, para evitarlo. Ya mas tranquilo, pregunto por las niñas que ya empezaban a ser una mocitas, las cuales iban al Instituto en Ávila y después regresaban a casa en el Autobús, Claudia tenia doce años y Angelina catorce. Aurora le dijo que las niñas no sabían nade de lo ocurrido y que como todos los días volverían mas tarde.
Ahora, dijo Ambrosio, quiero dedicarme con toda mi fuerza a buscar formulas y contactos para que todos los ganaderos de la zona hagamos un frente común y afrontemos esta situación unidos para pedir a la Administración del Estado protección para nuestros intereses.
Ambrosio era un hombre muy conocido y popular en toda la comarca, pues además de ser un ganadero de cierta importancia, también era “tratante” de ganados, y no solía perderse ningún mercado de ganados de los que se celebraban los viernes de cada semana en Ávila capital, y también fuera de Ávila, como en Extremadura, donde compraba los terneros para reponer las bajas de su cebadero, producidas por la salida de estos hacia el matadero que era su punto de destino. Así, le fue fácil contactar con ganaderos de otros pueblos e ir preparando la reunión que días antes les había anunciado a los ganaderos más próximos. Poco a poco la idea fue tomando cuerpo y se fue perfilando la reunión que poco tiempo después se celebraría en Ávila capital, concretamente en el salón de actos de la Cámara Agraria y con una asistencia muy numerosa de ganaderos, entre los cuales Ambrosio se fue perfilando como el portavoz del conjunto de asistentes. En el tiempo que duraron los contactos para celebrar la reunión Ambrosio pudo comprobar como había muchos ganaderos que habían sufrido lo mismo que él, los ataques de los lobos y con unos resultados aun peores que los suyos.
El dia de la asamblea, que resulto todo un éxito dado la cantidad de ganaderos que asistieron, Ambrosio tomo la palabra y dirigiéndose a todos dijo: Señoras y Señores ganaderos, en primer lugar quiero agradeceros vuestra presencia a este acto en el cual trataremos de buscar soluciones a el problema común que venimos padeciendo desde hace ya varios años; lo primero que quiero deciros es que de esta asamblea deberá de salir una comisión para que en nombre de todos los ganaderos, se dirija al Consejero de Agricultura en nuestra Comunidad y le exponga nuestras razones para exigirle que se implique en el problema y nos subvencione las bajas que venimos sufriendo en nuestro ganado. Si el lobo es una especie protegida por el Estado, al encontrarse en vías de extinción (cosa que me parece muy bien) también seria justo que esa misma Administración proteja nuestros intereses ganaderos, que de seguir así mucho tiempo igualmente se encontraría en vías de extinción, ya que los tiempos actuales no son los mejores en cuanto precios y además y como un problema añadido contamos con los ataques de los lobos. Todos aplaudieron con entusiasmo esta idea y algunos, hasta se ofrecieron voluntarios para formar parte de la comisión que en adelante debería tomar contacto con las autoridades Autonómicas y así tratar de poner alguna solución para reparar los daños ocasionados por los lobos.
Para conseguir estas ayudas (siguió Ambrosio) debemos también de implicar a los Sindicatos Agrarios y Ganaderos, los cuales nos serán de una grandiosa ayuda a conseguir esos contactos con la Administración, creo que la mayoría de nosotros pertenecemos como socios de alguno de estos Sindicatos de los que tenemos representación en Ávila, me da igual uno que otro. Cualquiera de ellos nos organizara manifestaciones en la capital y con ello conseguiremos sensibilizar a la opinión publica y de esta manera la Administración no tendrá mas remedio que escuchar nuestras peticiones, que considero de lo mas justo. De ninguna manera debemos de pagar nosotros con las bajas de nuestro ganado, la repoblación de los lobos, que insisto me parece muy bien que lo protejan, pero al mismo tiempo que pretejan nuestro ganado.
Pero Ambrosio siguió aportando ideas y así les dijo: Todos sabemos que hay numerosos “apriscos” o naves y corrales en los que encerramos nuestros rebaños, en los que no contamos con luz eléctrica; creo que deberíamos de electrificar nuestras instalaciones. Esto que primera vista puede parecer muy costoso, yo creo que no seria tanto si implicamos a las autoridades del Estado y pedimos que nos subvencione equipos electrógenos que producen engría eléctrica y así, al menos por las noches, podíamos disponer de grandes focos para iluminar nuestras instalaciones y alrededores. Sabemos que los lobos se amparan en la oscuridad de la noche para atacar a sus presas. Si no conseguimos esa subvención del Estado, creo que cada uno de nosotros lo debemos de hacer por nuestra cuenta. Ciertamente los lobos donde más daño nos hace es dentro de nuestras dependencias y amparados por la nocturnidad y oscuridad de la noche, ya que cuando atacan por el dia y en el campo, suelen causar mucho menos bajas. Por mi parte, solo deciros que os agradezco sinceramente vuestra presencia, la cual me hace pensar que compartimos nuestra preocupación y que si alguno de vosotros tiene alguna idea más factible, para solucionar nuestro problema, queda invitado a que coja el micrófono y lo exponga ante todos los asistentes. Aquí no se trata de protagonismo para nadie, sino de soluciones para todos, y creo que cualquiera puede tener alguna idea que resulte mejor que las que yo he expuesto.

¡¡Gracias a todos!!

Hubo comentarios para todos los gustos, casi todos estuvieron de acuerdo en lo de formar la comisión para hacer gestiones ante la Administración y que esta subvencionara las bajas causados por los lobos, esto parecía justo a todas luces, sin embargo lo de electrificar las instalaciones, ya era un tema de mas discusión, pues muchos de los asistentes no eran muy amigos de invertir mas dinero en sus establos, dado que el momento era bastante delicado en cuanto a precios y no se veía que esto fuera a cambiar a corto plazo. Pero el gran objetivo de la asamblea se había conseguido y de aquí salio formada la comisión que se encargaría de iniciar los contactos con los Sindicatos y Administración y con ello tratar de poner fin a esta situación que a todas luces parecía injusta.
Ambrosio regreso a su casa muy satisfecho con el resultado obtenido en la asamblea. De ella había salido la comisión que en adelante se encargaría de hablar con los Sindicatos y con ellos organizar alguna manifestación en apoyo a los ganaderos y sensibilizar a la Administración que en resumen era de lo que se trataba, y al mismo tiempo, él quedaba fuera de esa comisión, ya que materialmente no disponía de tiempo para dedicarlo a esos menesteres.
Su pequeño negocio le ocupaba todo el tiempo, las ovejas es un ganado que dan mucho trabajo. Es fundamental organizar bien el momento de poner los sementales en cada lote de ovejas; en parte el rendimiento económico de estos animales depende de que tengan en la fecha prevista la paridera, ya que los precios de los corderos es muy distinto según en que fecha estén preparados para su venta. Para planificar esto, es necesario estar bien enterado del su funcionamiento, teniendo en cuenta que la explotación y el rendimiento económico se fundamenta en le venta de los corderos. Ambrosio era un hombre bien informado y conocía muy bien su negocio, así sabia que el cordero Lechal, se vendía muy bien en el mes de Diciembre de cara a la Noche buena, por estas fechas este tipo de cordero se vende muy bien en todas las partes de España, pero de manera especial en Madrid, donde hay un publico muy exigente con la calidad. Así, preparaba a su ganado para tener la paridera a primeros de Noviembre y tener a la venta sus corderos un mes mas tarde para tal fecha: con un peso adecuado al momento y pensando en ese Madrid, el cual sabia de lo exgrente que era de manera especial con el peso de los corderos Lechales que en ningún caso deberían de superar los diez Kilogramos en vivo. A partir de esta fecha el cordero siempre baja de precio y si no ha logrado vender antes de Nochebuena, deberá de dejarlos para, cordero Pascual, después de haber pasado por el cebadero, con los consiguientes gastos.
Otra fecha muy buena para vender los corderos Lechales, es el mes de Septiembre, por esta fecha casi siempre escasea este tipo de cordero, con lo cual los precios se suelen disparar y es ahí donde el ganadero debe de poner todo su conocimiento y sacrificio para conseguir que su ganado este preparado para las fechas mas importantes en cuanto a los precios, cosa que no siempre se consigue, Todo esto lo conocía Ambrosio, pero aun conociéndolo, tenia verdaderas dificultades para conseguirlo: el sabia que las ovejas están gestantes durante ciento cincuenta días, pero el inconveniente era el que las hembras aceptasen a los sementales en el momento oportuno para conseguir tener los corderos en estas fecha tan importantes.
Por otra parte tenía el cebadero de terneros que, aunque este le daba menos trabajo, ya que su manejo es menos complicado y mas sencillo de llevar, también tenia que estar muy pendiente de cómo evolucionaban los precios y a la reposición de los terneros que vendía.
Para esta reposición de terneros, se dirigía a la provincia de Cáceres, donde abunda la ganadería extensiva y que tiene muy buenos terneros dado que los ganaderos extrémeños, han sabido mezclar sus razas autóctonas, con toros de otras razas como el Charoles y fundamentalmente con el Limosín que en los últimos tiempos se ha venido imponiendo en casi todo el territorio nacional. El cebadero funcionaba de forma rotativa es decir que si tenía doscientos terneros, los dividía en lotes de cincuenta, y cuando sacaba un lote con destino al matadero, lo reponía con otro de terneros más pequeños y así cada tres meses tenia la salida de los que habían alcanzado su peso adecuado, y los reponía con otros pequeños.
Concentrado en todas estas reflexiones y con la preocupación de los ataques de los lobos, iba Ambrosio camino de regreso a su casa, estaba convencido de que la Administración no dejaría desamparados a los ganaderos; pero al mismo tiempo estaba convencido también de que ellos, deberían de poner de su parte todo lo necesario para proteger sus instalaciones, ya que generalmente se encontraban en un estado bastante deteriorado careciendo incluso de luz eléctrica.
Sabía que los lobos deben de alimentarse de carne como cualquier carnívoro. Conocía muy bien que la comida escaseaba en la sierra, dado que desde que apareciera la enfermedad de las “vacas locas” se limpiara de “carroña” de la cual se alimentaba en gran parte, y que la caza, la otra fuente de alimentación de los lobos, también escaseaba de cada vez mas, la sierra se estaba despoblando debido fundamentalmente a los incendios que se sucedían con bastante frecuencia.
Con esta situación Ambrosio comprendía que los ataques de lobos, al menos en las largas y crudas noches de invierno, serian de cada vez mas frecuentes y para evitarlo, no le cabía ninguna duda de que deberían de mejorar las instalaciones. Lo primero que pensó fue en electrificar sus establos y apriscos, convencido de que esta seria una forma de proteger a su rebaño.
En los últimos años, se habían conocido muchos avances en cuanto a sistemas de protección para guardar a los ganados como el llamado “pastor eléctrico” entre otros. Este consistía en un acumulador de corriente eléctrica que de manera intermitente soltaba una descargas eléctricas a bajo voltaje, pero que eran muy eficiente, ya que cualquier animal o persona que tocara el tendido que se ponía alrededor de las cercas, sufría esas descargas, que si bien eran inofensivas, para las personas, eran muy eficientes para los animales, los cuales lo respetaban de tal manera que no se atrevían a pasar.


GANADEROS Y LOBOS


CAPITULO-III

Este año el invierno había sido muy duro, desde que empezara el mes de diciembre los fríos habían sido muy intensos, con unas heladas de hasta diez y doce grados bajo cero y las grandes nevadas se sucedían hasta bien entrado el mes de marzo. Ambrosio era un hombre previsor y como todo buen ganadero tenia bien repleto el almacén para que no faltara de nada en cuanto a alimentación y confor se sus ganado, por otra parte, también muy importante, disponía de buena vivienda dotada con los mejores y más modernos elementos para sus empleados.
Sabia muy bien que el rendimiento de su negocio dependía en gran medida de que sus empleados se sintieran cómodos y bien tratados. Unos días antes de Navidad y aprovechando esa fecha, había realizado la venta de sus corderos y este año había conseguido un buen precio, con lo cual se sentía muy satisfecho. No podía olvidar el buen comportamiento de Oscar y José Carlos que fue muy bueno durante todo el año y de manera muy especial aquella noche negra con el ataque de los lobos. Para que pasaran estas fechas tan señaladas Ambrosio les había preparado un buen aguinaldo además de una buena paga extraordinaria. Afortunadamente los lobos se habían olvidado de sus establos y corrales, aunque no de los de otros ganaderos de la comarca donde habían seguido atacando a sus rebaños ya que con las intensas nevadas que se venían sucediendo, los lobos no tenían comida en la Sierra y bajaban a los valles para alimentarse.
Él, había mejorado sus instalaciones ganaderas electrificando sus “apriscos” y corrales y eso se venia notando en beneficio de su seguridad. Por otra parte las gestiones de la comisión de ganaderos y Sindicatos fueron tomando forma y dando su resultado, contactaron con la Delegación del Gobierno por una parte y con el Consejero de Medio Ambiente de la Comunidad por otra, y consiguieron que efectivamente la Administración se hiciera cargo de las bajas producidas por los lobos.
Así las cosas, Ambrosio se sentía optimista con relación al futuro de su explotación ganadera de ovino. El invierno había sido muy duro, pero como dice un refrán muy popular en estas tierras “año de nieves, año de bienes” y la primavera se presentaba con muy buenas maneras y todo hacia pensar que seria abundante en pastos para sus rebaños. Las nevadas habían abastecido de agua a los manantiales de la Sierra y las fuentes y riachuelos corrían en abundancia, y con ello las praderas empezaban a tener ese color verde que promete ser la señal de que será un buen año para la ganadería extensiva.
No era tan optimista en relación con su explotación del cebadero de terneros, el cual pasaba por uno de sus momentos más difíciles, debido en gran parte por la enfermedad de las vacas “locas” que tenía su origen en el Reino Unido, pero que se reprodujo casi en toda Europa, con una repercusión tremenda en el consumo de carne y consecuentemente en los precios que se vinieron debajo de una manera estrepitosa. Por otra parte y también en el Reino Unido se produjo una epidemia de Fiebre Aftosa (la Gripe bovina) como se conoce vulgarmente entre los ganaderos. Todos estos acontecimientos produjeron un deterioro de manera especial al ganado bovino, cuyo consumo de carne se vio muy afectado ya que el consumidor no se fiaba demasiado de los diversos uniformes que constantemente se daban desde en Ministerio de Sanidad y Consumo.
Desde que España entrara a formar parte del Mercado Común, se produjo un cambio muy importante en el manejo y alimentación de nuestros rebaños, y fundamentalmente en cuanto se refiere a Sanidad Animal. Para poder entra a formar parte de ese Mercado Común, que fue tan importante para nosotros, lo primero que senos exigió fue hacer un saneamiento de toda la cabaña nacional y de manera muy especial de todos los rumiantes, los cuales estaban muy afectados por enfermedades con la Brucelosis y Tuberculosis.
Estos controles sanitarios fueron muy intensivos en los primeros años, y como casi siempre no contaban con el beneplácito de muchos ganaderos, los cuales estaban aferrados a sus viejas explotaciones (casi siempre pequeñas y familiares) y sentían pavor al ver como la mayoría se veían afectadas por estas enfermedades, y consecuentemente sus animales terminaban en el matadero, aunque el Ministerio les subvencionaba por el sacrificio de cada animal y al mismo tiempo les subvencionaba también parte del importe de la adquisición del que compraban para reponer el animal sacrificado, siempre que el animal repuesto procediera de granjas totalmente saneadas y con certificado de Sanidad comprobada. La mentalidad de los ganaderos y agricultores siempre ha sido muy tradicional y le ha costado mucho evolucionar al menos los más antiguos. Hoy esto ha cambiado de tal manera que son ellos mismos mas interesados en sanear sus ganados.
Ambrosio era uno de estos, siempre estuvo dispuesto a hacer cuantos reconocimientos sanitarios hicieran falta para tener su cabaña libre de enfermedades, y así poder competir en igualdad de condiciones con otros ganaderos. De igual manera actuaba en cuanto a la alimentación del cebadero de terneros, cosa muy importante a la hora de vender sus animales, ya que a las canales de sus terneros acompañaba un certificado de sanidad y de la alimentación que habían recibido, y el origen y procedencia de las mismas.
El origen de los teneros era muy importante ya que desde siempre las terneras del Valle Ambles de Ávila, ha disfrutado de una fama a nivel nacional tan importante, que las de ninguna otra parte o región han podido competir con ellas. Esto la sabia muy bien Ambrosio y así tenia sus mejores clientes en Madrid capital y el os pueblos de la provincia, comenzando por El Escorial y Villalba y continuando por toda la Sierra de Madrid. De esta manera defendía sus productos a base de calidad, y así en los años mas difíciles pudo salir adelante. Después cuando España ya era miembro de pleno derecho del Mercado Común, la situación se normalizo bastante y hubo subvenciones para todos, los animales de carne tenían una subvención a la hora del sacrificio (la prima al sacrificio) y así toda la ganadería de manera especial las dedicadas a extensivas como los bovinos y ovinos.
Con esta situación Ambrosio y Aurora hacían planes para el futuro pensando siempre en el de sus hijas Claudia y Angelina, las cuales ya habían terminado sus estudios en el Instituto y se preparaban para pasar la Selectividad y así poder acceder a una carrera Universi taria. Se sentían satisfechos de cómo les había tratado la vida, tenían dos hijas maravillosas a las cuales adoraban y el matrimonio funcionaba muy bien, por lo que se sentían felices y contentos. Por otra parte su negocio ganadero, con sus momentos más buenos y más malos, les iba dando para vivir desahogadamente, sin lujos pero lo suficiente para llevar una vida bien ordenada y con cierto desahogo. Si Claudia y Angelina pasaban selectividad, el próximo curso irían a la Universidad de Salamanca y ellos tenían que ir preparando los recursos para que las niñas pudieran seguir sus estudios y hacer la carrera que a ellas mas les gustara.
Así sucedió, las niñas pasaron con nota la Selectividad y como estaba previsto empezaron su actividad Universitaria, Claudia haciendo Veterinaria y Angelina ingeniero Agrónomo, dos carreras muy relacionadas con el mundo agrícola y ganadero lo cual hizo que Ambrosio se sintiera muy alagado con las careras elegidas por su hijas pues su negocio estaba directamente ligado a ellas con lo cual estaba seguro de la continuidad en el futuro de su explotación ganadera.